Crea un entorno Educativo mediante la Disciplina Positiva en 7 sencillos pasos

Un profesor usando técnicas de disciplina positiva para motivar a los estudiantes.
4/5 - (15 votos)

Crea un entorno Educativo mediante la Disciplina Positiva en 7 sencillos pasos.

La forma en cómo educamos y disciplinamos puede marcar una diferencia significativa en el crecimiento emocional, social y académico de nuestros hijos. La disciplina positiva es una forma más efectiva y amorosa de guiar a los niños hacia comportamientos adecuados, sin recurrir al miedo o los castigos. Esta enfoque educativo se basa en reforzar las conductas deseables con halagos y aprobaciones simbólicas, establecer rutinas y normas habituales para evitar comportamientos no deseados y mucho más.

En este artículo, vamos a presentar 7 estrategias sencillas que te ayudarán a crear un entorno educativo positivo y amoroso en tu hogar. Cada una de estas estrategias te dará herramientas y conocimientos para guiar a tus hijos hacia comportamientos adecuados y promover su crecimiento emocional, social y académico. ¡Empecemos!

Índice

La importancia de la disciplina positiva en el aula

La disciplina positiva es una enfoque educativo que busca guiar a los estudiantes hacia comportamientos adecuados sin recurrir al miedo o los castigos. En un aula donde se aplica la disciplina positiva, los estudiantes no se sienten coaccionados ni recelosos, sino motivados y dispuestos a aprender. Al enfocarse en reforzar las conductas deseables, más que en corregir los errores, los educadores pueden crear un entorno de aprendizaje y crecimiento donde todos se sientan cómodos y seguros.

Uno de los beneficios clave de la disciplina positiva es que anima a los estudiantes a tomar responsabilidad de sus acciones y a desarrollar habilidades como la autodisciplina, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Al permitirles que cometan errores y lescciones aprendiendo de ellos, los educadores pueden ayudar a los estudiantes a construir una autoestima saludable y a crecer en su propio ritmo.

Relacionado:Desbloquea el POTENCIAL DE LA EDUCACIÓN INFORMAL: Ventajas y limitaciones al aprender fuera del aula

La disciplina positiva no es sinónimo de permisividad o falta de regulación. Por el contrario, se trata de establecer límites claros y respetuosos, que permitan a los estudiantes sentirse seguros y protegidos, mientras aprenden a tomar decisiones informadas y a desarrollar habilidades para resolver conflictos de manera constructiva. A continuación, presentamos 7 estrategias para aplicar la disciplina positiva en el aula.

Paso 1: Elogiar al niño cuando hace algo bien

Elogiar a tus hijos cuando hacen algo bien es una de las formas más efectivas de fomentar el buen comportamiento y estabilizar la autoestima. Cuando un niño hace algo que esperas, no importa lo pequeño que sea, debes reconocer y reforzar su esfuerzo. Esto puede ser tan simple como un "¡Lo hiciste!" o un abrazo. El objetivo es enviar un mensaje claro de que se valora y se celebra el logro.

En lugar de esperar a que los niños hagan algo mal para castigarlos, la disciplina positiva te enseña a hacer un pacto con tus hijos: "Cuando haces X, yo haré Y". Por ejemplo, "Cuando limpias tu habitación sin que te lo pregunten, puedo llevarte a jugar al exterior mañana". Esto les da una razón para comportarse de manera adecuada y sentirse orgullosos de sus logros. Recuerda, el objetivo no es simplemente otorgar cumplidos, sino mostrarles que se valoran y se celebra su esfuerzo.

Paso 2: Establecer rutinas y normas claras

Persona que dirige un grupo dentro de un espacio organizado.

Establecer rutinas y normas claramente definidas es fundamental para crear un entorno educativo positivo. Las rutinas dan sentido y estabilidad a la vida diaria, lo que ayuda a los niños a sentirse seguros y preparados para afrontar nuevos desafíos. Al establecer normas claras y razonables, les das a los niños una idea clara de qué se espera de ellos y qué comportamientos son adecuados.

Relacionado:Estimula el aprendizaje y la curiosidad de tus pequeños: 110 preguntas para niños de primaria

Por ejemplo, puedes establecer una rutina diaria para acostarse cada noche a las 8 pm o para desayunar todos los días a las 7:30 am. Esto ayuda a los niños a desarrollar habilidades como la responsabilidad, el autocontrol y la disciplina, ya que deben adaptarse a estas rutinas y seguirlas. Al mismo tiempo, puedes establecer normas más específicas para comportamientos como el uso de tecnología, la etiqueta en la mesa o la resolución de conflictos peer-to-peer.

Paso 3: No discutir o sermonear al niño cuando se comporte mal

Un maestro guía pacientemente a un niño, enfatizando la disciplina positiva en el proceso educativo.

No hay nada más efectivo para ahuyentar al niño y evitar la comunicación constructiva que un sermón o una disputa sobre su comportamiento malo. Los sermones y las disputas no logran cambiar el comportamiento del niño, sino que lo único que logran es generar resistencia y frustración en ambos. En cambio, si queremos ayudarle al niño a aprender de sus errores, debemos optar por la neutralidad.

En lugar de sermonear o discutir con el niño cuando se comporta mal, podemos simplemente dejarlo pasar sin reaccionar. No es necesario decir "no" constantemente o recitar un discurso sobre lo que no está permitido. Simplemente ignorar el comportamiento inapropiado y esperar a que el niño se comporte de manera diferente en el futuro.

Paso 4: Preguntar en lugar de ordenar para involucrar al niño

Un padre e hijo intercambiando preguntas en una mesa, practicando disciplina positiva.

Relacionado:20 Libros de Pedagogía que todo educador debe conocer (manualidades y recursos)

En lugar de ordenar a tus hijos lo que deben hacer, intenta preguntarles qué opción prefieren. Esta estrategia no solo les da una mayor sensación de control y autodeterminación, sino que también te permite observar sus habilidades de toma de decisiones y resolución de conflictos.

La pregunta es un poderoso herramienta para involucrar a tus hijos en el proceso de decisión. En lugar de decir "Debes ir al parque", puedes preguntar "¿Quieres ir al parque o prefieres jugar en casa?". Esta forma de comunicación no solo te permite conocer mejor las preferencias de tu hijo, sino que también le está enseñando a evaluar las opciones y tomar decisiones informadas.

Paso 5: Avisar con antelación para evitar sorpresas y desorientación

La anticipación es una herramienta poderosa para ayudarte a establecer un entorno educativo positivo. Cuando avisas con antelación a tus hijos sobre las actividades, normas o consecuencias, les estás brindando la oportunidad de prepararse y adaptarse a lo que viene. Esto les permite sentirse más seguros y controlados, lo que reduce la ansiedad y el estrés.

Por ejemplo, si vas a darles una tarea especial para el próximo día, puedes hablar con ellos sobre eso mientras se acuestan. Dícelos que mañana tendrán que hacer esto o aquello, y pregúntales cómo se sienten acerca de ello. Esto les da la oportunidad de procesar la información y prepararse emocionalmente para lo que viene. Similarmente, si tienes una ruleta de tiempo para un proyecto particular, puedes avisar a tus hijos con anticipación y pedirles su ayuda para planificar y organizar sus tareas.

Paso 6: Ser un modelo positivo para el niño

Como padres y educadores, somos los primeros modelos que nuestros hijos ven en acción. Nuestro comportamiento, palabras y decisiones nos hacen responsables de influir en la forma en que nuestros hijos se desarrollan y crecen. Ser un modelo positivo para el niño significa ser consciente de cómo nuestro ejemplo puede influir en su formación y tomar medidas para garantizar que éste sea positivo.

Relacionado:Aprende a diseñar unidades didácticas efectivas: definiendo y ejecutando tus objetivos educativos

Para ser un modelo positivo, debemos prestar atención a cómo nos comportamos delante de nuestros hijos. Debemos reflexionar sobre nuestra propia conducta y asegurarnos de que estamos demostrando los valores y habilidades que queremos que nuestros hijos adquieran. Esto puede significar aprender a controlar nuestros impulsos, ser honestos, mostrar empatía hacia los demás o mantener una actitud positiva en situaciones desafiantes. Nuestro objetivo es no solo enseñar comportamientos a nuestros hijos, sino también proporcionarles un ejemplo que puedan seguir y aprender de nosotros mismos.

Paso 7: Enfocarse en la solución juntos, no en la acusación

Cuando nuestra respuesta natural es reaccionar con enfado o frustración ante el comportamiento inapropiado de nuestro hijo, es fácil caer en el patrón de acusar y culpar. Sin embargo, esto solo puede generar defensiva y resistencia en el niño, lo que no nos ayude a resolver el problema.

En lugar de eso, podemos enfocarnos en encontrar soluciones juntos. Esto significa que, en lugar de sermonear o castigar al niño por su error, nos concentramos en encontrar una manera efectiva de abordar la situación y aprender de ella. ¿Qué necesitaría el niño para hacer diferente la próxima vez? ¿Cómo podemos trabajar juntos para solucionar el problema? Al enfocarnos en la resolución no en la acusación, estamos fomentando un entorno de colaboración y aprendizaje, en lugar de estrés y resistencia.

Algunos ejemplos de cómo podemos aplicar este paso en nuestra vida diaria son:

  • En lugar de decir "¡No te gustó eso!", preguntamos "¿Qué crees que necesitabrás para hacer algo diferente la próxima vez?"
  • Reemplazamos las críticas por preguntas como "¿Cómo podríamos resolver esto juntos?" o "¿Qué podrías hacer diferente la próxima vez?"
  • Cuando nuestro hijo se enfada o decepciona, nos concentramos en encontrar una manera de abordar la situación y aprender de ella, en lugar de castigar y culpar.

Al hacerlo, creamos un entorno educativo positivo donde nuestros hijos puedan crecer y desarrollarse con confianza y seguridad.

Relacionado:Descubre cómo la teoría cognitiva del aprendizaje multimedia optimiza el proceso educativo

Conclusión

La disciplina positiva es una forma efectiva y amorosa de educar que se centra en guiar a los niños hacia comportamientos adecuados sin recurrir al miedo o los castigos. Al seguir los 7 pasos presentados, puedes crear un entorno donde tus hijos puedan crecer y desarrollarse sin sentirse presionados o atemorizados. La disciplina positiva es una forma de construir confianza, respeto y amor entre padres e hijos.

Algunos de los beneficios clave de la disciplina positiva incluyen un aumento en la autoestima, la confianza y la capacidad de tomar decisiones inteligentes por parte de tus hijos. Además, esto también te permite desarrollar una relación más estrecha y saludable con ellos, ya que la comunicación abierta y el respeto mutuo se convierten en elementos clave.

En definitiva, crear un entorno educativo mediante la disciplina positiva es un proceso valioso para toda familia. Con paciencia, amor y comprensión, puedes ayudar a tus hijos a crecer en un entorno donde la autonomía, el respeto y la responsabilidad se conviertan en valores inherentes.

Explora más contenidos relacionados con Crea un entorno Educativo mediante la Disciplina Positiva en 7 sencillos pasos en la categoría Educación, ¡te van a encantar!

Luis Herrera

Licenciado en Psicología por la Universidad de Barcelona y especializado en Neuropsicología. Con formación en técnicas avanzadas de rehabilitación cognitiva, ha desarrollado una profunda experiencia en neuroterapias, abarcando métodos como la estimulación cerebral no invasiva, la realidad aumentada y el entrenamiento cognitivo computerizado.

Te puede interesar:

Subir