Entiende cómo nuestra conducta se origina en la teoría de la acción razonada

Un mapa mental o diagrama de flujo que ilustra el proceso de teoría de comportamiento racional sobre las acciones humanas.
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La teoría de la acción razonada es un modelo clásico que busca explicar cómo nuestra conducta se origina y cómo nuestras creencias y normas influyen en nuestros comportamientos diarios. En este artículo, vamos a explorar esta teoría en profundidad y entender cómo nuestro comportamiento se ve influenciado por la probabilidad subjetiva de alcanzar ciertos resultados deseados, así como lo que otras personas relevantes esperan que hagamos.

La teoría de la acción razonada, desarrollada por Fishbein y Ajzen en 1975, postula que nuestra conducta es el resultado de un proceso deliberativo que involucra la evaluación de nuestras creencias y normas. En este sentido, la teoría sugiere que nuestra intención conductual se basa en la actitud conductual, que a su vez se establece según la probabilidad subjetiva y la deseabilidad subjetiva de las consecuencias asociadas con una determinada conducta.

Índice

Orígenes de la teoría de la acción razonada

La teoría de la acción razonada, desarrollada por Fishbein y Ajzen en 1975, es un modelo de toma de decisiones racional que establece que la conducta es el resultado de un proceso deliberativo. Según este modelo, la conducta viene determinada por la intención conductual, que a su vez está influenciada por la actitud conductual y la norma subjetiva.

Elementos clave de la teoría: actitud, norma subjetiva y intención conductual

La teoría de la acción razonada establece que la actitud es un componente fundamental en el proceso de toma de decisiones. Según este modelo, la actitud se basa en la probabilidad subjetiva y la deseabilidad subjetiva, es decir, la creencia en que una determinada conducta llevará a ciertas consecuencias deseadas. Por ejemplo, un individuo puede ser partidario del vegetarianismo porque cree que esta opción de alimentación es más saludable y beneficia el medio ambiente.

La norma subjetiva representa otro elemento clave en la teoría de la acción razonada. Esto se refiere al juicio que hace el sujeto sobre lo que otras personas relevantes esperan que él haga. Por ejemplo, un joven puede ser partidario del vegetarianismo no solo porque cree que es beneficioso para la salud y el medio ambiente, sino también porque cree que sus compañeros de estudio y amigos lo considerarían positivo.

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La intención conductual es el resultado de la interacción entre la actitud y la norma subjetiva. Es decir, la intención es el compromiso de realizar una determinada acción. Por ejemplo, si un individuo tiene una actitud favorable hacia el vegetarianismo y piensa que sus amigos lo apoyan, él puede generar la intención de adoptar esta opción de alimentación en su vida diaria.

La influencia de la probabilidad subjetiva y la deseabilidad subjetiva en la actitud

La teoría de la acción razonada sugiere que la actitud conductual se basa en la probabilidad subjetiva y la deseabilidad subjetiva, es decir, la creencia en que una determinada conducta llevará a ciertas consecuencias deseadas. La probabilidad subjetiva se refiere a la percepción individual de las posibilidades de éxito o fracaso asociadas con una conducta, mientras que la deseabilidad subjetiva se refiere a la importancia y valor personal de alcanzar esa conducta.

La probabilidad subjetiva puede influir significativamente en nuestra actitud hacia una conducta. Por ejemplo, si creemos que hay un 80% de chances de éxito al llevar a cabo cierta acción, es probable que nos sintamos más confiantes y dispuestos a tomar ese paso. Al mismo tiempo, la deseabilidad subjetiva también juega un papel crítico, ya que puede motivarnos o desanimarnos para adoptar una determinada conducta. si consideramos que una conducta concreta es clave para alcanzar nuestros objetivos, podríamos sentirnos más impulsados a llevarla a cabo, incluso en presencia de algunas dificultades.

La norma subjetiva y su papel en la formación de la intención conductual

Según la teoría de la acción razonada, la norma subjetiva es un factor crucial en la formación de la intención conductual. La norma subjetiva se refiere al juicio que hace el sujeto sobre lo que otras personas relevantes esperan que él haga. Esta creencia puede influir significativamente en la toma de decisiones y, finalmente, en la conducta.

La norma subjetiva puede ser especialmente importante cuando la actitud conductual no es suficientemente fuerte para motivar una determinada conducta. En este caso, la percepción de las expectativas de los demás puede proporcionar el impulso adicional necesario para llevar a cabo una acción. Por ejemplo, un estudiante que no tenga una gran actitud hacia el estudio de matemáticas puede sentirse motivado para asistir a clases si cree que sus compañeros y profesores esperan que lo haga.

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La norma subjetiva también puede influir en la conducta al promover o reprimir ciertas acciones. Por ejemplo, un individuo que crea que sus amigos no aprueban su lifestyle de trabajo puede sentirse motivado para cambiar sus hábitos laborales para ajustarse a las expectativas de los demás.

El control conductual percibido: un nuevo elemento que influye en la intención

La teoría de la acción razonada, desarrollada por Fishbein y Ajzen en 1975, ha sido ampliamente utilizada para predecir la conducta. Sin embargo, Gollwitzer y Sheeran (2006) han sugerido que el control conductual percibido puede ser un nuevo elemento que influye en la intención para llevar a cabo una conducta. Esto se refiere a la percepción que tiene la persona de tener el poder y la responsabilidad para influir en su propia conducta. Por ejemplo, si alguien cree que tiene el control sobre sus hábitos dietéticos, es más probable que implemente cambios positivos.

La inclusión del control conductual percibido como un factor importante en la teoría de la acción razonada puede explicar cómo las personas pueden superar los obstáculos y mantener objetivos a largo plazo. Por ejemplo, una persona que desee dejar de fumar puede tener una actitud positiva hacia la idea de no fumar (actitud conductual) y creer que otras personas relevantes esperan que ella no fume (norma subjetiva). Sin embargo, si no siente que tiene el control sobre su propio comportamiento para resistir la tentación de fumar, es menos probable que logre dejar de hacerlo. El control conductual percibido puede ser un importante elemento que influya en la intención para llevar a cabo una conducta y puede ayudar a explicar cómo las personas pueden mantener objetivos positivos a largo plazo.

Críticas y limitaciones de la teoría

A pesar del apoyo empírico considerable que ha recibido la teoría de la acción razonada, no es infaltable. Uno de los principales argumentos críticos es que sobreestima la influencia de la razón en la toma de decisiones, omitiendo otros factores importantes como el hábito o las circunstancias contextuales.

Además, algunos autores han criticado que sea un modelo demasiado simplista para explicar la complejidad del comportamiento humano. La teoría asume que los individuos son agentes racionales que evalúan las opciones de manera objetiva y lógica, lo que no siempre es el caso. En realidad, el comportamiento muchas veces se caracteriza por impulsividad, emociones y distorsiones cognitivas, factores que la teoría de la acción razonada no considera adecuadamente.

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Nuevas aportaciones y evoluciones

A su vez, se han hecho algunas nuevas aportaciones a esta teoría, como la teoría de la acción planificada, que añade el control conductual percibido como un nuevo elemento que puede influir en la intención conductual. Según esta teoría, la intención conductual no solo se origina en la actitud y la norma subjetiva, sino también en la evaluación del control que se tiene sobre una determinada acción.

Además, Gollwitzer ha sugerido que las intenciones de implementación o planes para llevar a cabo una conducta también pueden ser importantes para predecir la conducta. Esto sugiere que no solo es importante tener la intención de realizar una acción, sino también disponer de un plan clarificado y un objetivo claro para lograrla. Esta idea puede ser especialmente relevante en contextos laborales o educativos, donde la capacidad de planificar y organizarse puede ser crucial para el éxito.

Aplicaciones prácticas de la teoría en el ámbito psicológico

En el campo de la psicología, el modelo de la teoría de la acción razonada tiene varias aplicaciones prácitas importantes. Por ejemplo, en la promoción de la salud pública, se puede usar esta teoría para comprender y predecir el comportamiento de los individuos y las poblaciones hacia la prevención de enfermedades y la adopción de estilos de vida saludables. De esta manera, es posible diseñar intervenciones efectivas que modifiquen la actitud conductual y la norma subjetiva para promover un comportamiento más saludable.

Además, en el campo del marketing y la publicidad, se puede aplicar la teoría de la acción razonada para comprender cómo influenciar las decisiones de compra de los consumidores. Por ejemplo, una campaña publicitaria efectiva podría estar diseñada para alterar la actitud conductual y la norma subjetiva hacia un producto o marca específica. Al entender qué factores influyen en la intención de compra, se pueden desarrollar estrategias más efectivas para impulsar ventas.

En el ámbito del trabajo y la educación, la teoría de la acción razonada puede ser utilizada para comprender cómo los individuos toman decisiones sobre su comportamiento laboral o académico. Por ejemplo, se puede estudiar cómo las normas y valores establecidos en un equipo de trabajo determinan el comportamiento de sus miembros y cómo cambiar estas normas podría influir positivamente en la productividad y el bienestar general.

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Conclusión

Una persona que piensa en una pizarra con diagramas y ecuaciones que los rodean.

La teoría de la acción razonada es un modelo que intenta explicar cómo nuestra actitud y nuestras creencias normativas influyen en nuestra conducta. Aunque tiene limitaciones, ha sido ampliamente utilizado y sigue siendo una herramienta útil para entender el comportamiento humano.

A pesar de las críticas y las nuevas aportaciones, la teoría de la acción razonada sigue siendo un marco importante dentro del campo de la psicología social. La comprensión de cómo se originan nuestras decisiones y acciones puede ayudar a desarrollar estrategias para cambiar el comportamiento y mejorar la salud pública. Por ejemplo, los programas que se basen en la teoría de la acción razonada pueden ser eficaces al promover el uso de medidas de prevención de enfermedades o el compromiso con prácticas deportivas seguras.

Además, la teoría de la action razonada puede ser aplicada en una amplia variedad de contextos, desde la medicina hasta la educación y la política. Sin embargo, es importante recordar que el comportamiento humano es complejo y puede influir un conjunto de factores que van más allá de la teoría de la action razonada. Es crucial considerar estos factores más allá del modelo para obtener una comprensión más completa del comportamiento humano.

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Javier Morales

Javier Morales es un psicólogo clínico con una sólida formación académica y profesional en el ámbito de la salud mental y el desarrollo personal. Se graduó en Psicología por la Universidad de Barcelona, donde también completó un máster en Psicología de la Salud y un posgrado en Desarrollo Organizacional en la Universidad Autónoma de Madrid. Su trayectoria profesional ha sido enriquecida con estudios avanzados en Inteligencia Emocional y Coaching en la Universidad de Lisboa, además de una especialización en Terapias de Tercera Generación en la Universidad de Bolonia.

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